585 C003.- Monasterio de la Santísima Trinidad (II)

SAN FERNANDO

Monasterio de la Santísima Trinidad, de la Orden de Las Carmelitas Descalzas

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Hermana Maria Cristina

Publicado por….. miércoles, 4 de julio de 2007

Si la memoria no me falla, podré contar, como es este convento por dentro, pues, un día de los pocos que hubo de “puertas abiertas” , tal vez cuando llevaron a la Virgen del Carmen, o en otra ocasión parecida…….. lo cierto es que yo tenía muchas ganas de ver esa casona por dentro, y lo mismo que me sucedió con la casa Lazaga, aproveché la ocasión y la visitamos mi mujer y yo.
Abierta totalmente las dos hojas de madera que forman la puerta de entrada desde la calle, y la bella puerta a la que la llaman “Reglar”, y que es en realidad la verdadera puerta de clausura, en el zaguán o casapuerta, hay otra puerta en la pared de la derecha, que comunica directamente a la capilla, una capilla chiquitita, una capilla que tendrá unos 40 m2, es rectangular y muy acogedora.El mobiliario y las imágenes con que cuenta es sencillo y humilde pero todo cumple a la perfección su cometido, por ejemplo; hay tres o cuatro bancos de unos cuatro metros de largo, con reclinatorio, construidos en madera color pino y muy bien barnizados. Del mismo color es un zócalo que cubre como dos metros de pared desde el suelo y que en el rincón de la izquierda está interrumpido por el hueco de la reja que comunica la parte del altar de misas, con la sala destinada al coro y donde las monjas oyen sus misas al mismo tiempo que las cantan.
En la pared del fondo y detrás del altar hay un panel de madera enmarcado con una sencilla moldura, todo ello barnizado en color caoba, y que contiene un crucifijo de considerables proporciones.Hay también varios cuadros y las escenas de las estaciones de la Pasión de Jesús, en las paredes, tras dar un leve vistazo de recorrido por esta sala y sin dejar de mirar a la sala del coro a través de la reja, pude observar una sala casi del mismo tamaño de la capilla, con bancos pegados a las paredes más largas, y donde se sientan las monjas para oír y cantar misas, hay al fondo un órgano electrónico, o tal vez sea un armónium, que tocado por la monja encargada de los efectos musicales debe sonar a coros celestiales. Detrás de ese bello instrumento, se encuentra la puerta de acceso desde el pasillo de las celdas.
Y visto todo esto, salimos de la capilla, y pasando de nuevo por la casapuerta, nos desviamos a la derecha, para atravesar el dintel de la puerta Reglar, que da directamente al patio.

Otra vista del patio interior del convento.

El patio es del más puro estilo de los de las casas palaciegas de S. Fdo., es del mismo estilo del de la casa Lazaga, o de la casa Micolta, o de la casa del antiguo alcalde Sr. Roldán, y que ahora acoge las instalaciones del Museo Municipal, por poner un ejemplo de patios que puedan ser comparados y que hayan sido vistos por los que estas Pinceladas lean.

En el centro del suelo de mármol, de este patio se encuentra un brocal de pozo, con tapadera de hierro, y no tiene artilugios de poleas para sacar agua. Este brocal parece hecho desde un bloque de mármol. Debajo de los arcos sostenidos por columnas de mármol, se encuentran las puertas y ventanas con que se comunican los pasillos de las salas de su interior, no visitables. Al fondo del patio se encuentra el refectorio, y al lado, la puerta de la despensa y cocina, de cuyas ollas han comido no solo las monjas, sino que también se han alimentado algunas familias pobres de las barriadas de los alrededores.

Y pasando por la cocina se sale al jardín. Este recinto merece dedicarle una tarde entera para recrearse en su contemplación, pero como no pudimos dedicarle todo ese tiempo necesario para poder describirlo, lo hago más desde el recuerdo que desde lo poco que pudimos ver.
Una vez que se sale al jardín, se puede optar por ver plantas de todo tipo bien cuidadas, como también innumerables árboles frutales: limones, naranjas, manzanas, nísperos, melocotones, higueras, y otros más que no recuerdo, pero habían más, y el jardín, bien planteado, formando un gran rectángulo, dividido en varios arriates con pasillos de un metro de ancho o algo más en algunas partes El acceso principal da a una pequeña rotonda o glorieta en cuyo centro hay un pilar con la escultura de un Corazón de Jesús tallado en piedra blanca.

Esta glorieta sirve de distribución de los cuatro pasillos en que se divide el jardín. Cogiendo por el camino de la izquierda se tropieza con una construcción que se asemeja a la de una caseta del perro, pero mucho más grande, es lo que llaman la ermita.

La capilla del pequeño cementerio al fondo del jardín.
 
Siguiendo ese camino, al fondo se encuentra el cementerio donde se pueden ver los siete nichos que están ocupados, de un total de 12, y que por lo tanto, quedan libres cinco. En uno de los ocupados se encuentra sepultado el cadáver de la Hna. Cristina. Estos 12 nichos, se encuentran divididos en dos bloques de seis a cada lado de una pequeña capilla, donde las monjas rezan sus plegarias y donde se les da el responso para su descanso eterno, antes de ser enterradas.
 
 

Nicho en donde se encuentra enterrada La Hermana Cristina

Volvemos rodeando el jardín por la pared donde dan las ventanas de las celdas de las novicias y hacia la cocina, de nuevo, para acceder al patio, donde se pudo ver las salas locutorios que son dos, una que da al torno y que comunica al visitante de la casapuerta mediante el clásico torno y la voz de la Hna. Tornera que diciendo el clásico “Ave María Purísima, como si de santo y seña se tratara, la persona que visita deberá corresponder al saludo con la siguiente contraseña: “sin pecado concebida”, y a partir de ahí se entabla una dulce conversación con la que sale la persona visitante con el ánimo reconfortado. El otro locutorio estaba en obras y no pude verlo pero nos dijeron que serviría para recibir visitas de personas importantes y para atender a los frailes carmelitanos, etc., etc.,
Bueno pues ya solo quedaba una sala por recorrer, ésta se encuentra en la segunda planta del antiguo edificio, se trata de la famosa torre que da nombre a la casa, y a la que se accede mediante una escalera de caracol bonita, y aseada, de reciente instalación.
 
 
La torre vista desde el jardín
 
Cuando yo la vi, al salir al piso de la torre, se encuentra uno en un espacio evocador de la historia de San Fernando, se sube a la torre vigía de los tiempos de la independencia, se recuerda los años 1810 / 1813, etc., y sale uno a la realidad cuando descubre el montaje de hierros que soportan a una pequeña campana de bronce, por lo que es entonces, cuando uno se da cuenta que la anterior historia de aquella casa de la torre no tiene nada en común con el actual convento, salvo que la misma torre ,sirvió tanto para esos episodios de guerra napoleónica, como para ser actualmente, campanario de un palomar de las palomas blancas del Señor.
 
Hablando de las palomas blancas del Señor, ahora voy a dar la lista de las monjas que existieron, desde la fundación del nuevo convento y las que se fueron agregando al paso del tiempo: En primer lugar las primeras que vinieron a hacerse cargo del nuevo convento fueron:
Madre Trinidad de San Juan de la Cruz……………..Dolores Pérez-Cirera de granada (Priora)
Hna Mª Cristina de Jesús Sacramentado……Mª Cristina de los Reyes, de Sevilla, (3ª Clavaria)
Hna Concepción del Niño Jesús………Isabel Cuesta Bernal, de C d Céspedes SE, (1ª Clavaria)
Hna Mª Auxdora de J. Sacramentado…..Dolores Arrayás Ramos “ “ “ “ “, (2ª Clavaria)
Hna Carmen de la Stisima Trinidad……. Carmen Molina Plata, de Ogíjares Grda, (Tornera)
Hna Dolores del S. Czón de Jesús……….Dolores Camacho Mtínez, de Boll. Cdado (Enfermera)
 
 
 
La Hermana Cristina en el patio, al pié de la escalera que conduce a la torre y primera planta
 
A G R E G A D A S P O S T E R I O R M E N T E:
Hna Mercedes de Cto. Rey…..Mercedes López Roa, de S. Fdo. Novicia en 23/11/46
Hna Emilia de Sta Teresa…….Emilia Quijano Párraga de S. Fdo. Novicia en 15/10/47
Hna Remedios del N. Jesús….Remedios Rldán Romero de Campofrio, HU. en 1971
Hna Mª Tersa de Cto. ………… Concepción Romero Mtínez de S. Fdo.
Hna Inmaculada de San Elías … Concepción Serrano Caro de S. Fdo.
Hna Matilde del Sdo. Czón. ……..Matilde González Pérez de La Habana Cuba
Hna Mª Antonia de la Cruz…. Mª Antonia Brizuela Carceller de Cádiz
Hna Margarita del Purímo. Czón de María …. Casimira Lucía Alvarez de Canarias
Hna Elena del N. Jesús ………. Elena Ruiz Rodríguez de Beas de Segura (Jaén)
Hna Mª del Rosario del Exptu. Santo…… Mª D Rosario Beltrán García de Cádiz
Hna Ángela de S. Juan de la Cruz…… Angela Moreno Simón de Porcuna (Jaén)
Hna Ana Mª de S. José………. Ana María Díaz Campos de Cádiz
Hna Mª del Carmen de Jesús… Mª del Carmen López López de Grda Fallecida en 02/08/96
Hna Beatriz de la Madre de Dios… Beatriz Sangiao de Alba de S. Fdo.
Hna María de Jesús…………. María García Fernández de Jerez de la Frontera
Hna Raquel de la Trinidad……….. Raquel Peña Pérez de Cádiz
Hna Patricia del Amor de Dios…… Patricia Baratech Cabello de CádizNOTA: Esta lista ha sido confeccionada sacada de un libro que poseo, en donde viene más o menos de esta forma, yo le he dado mi “toque personal”, pero no he modificado nada.
 

 
La Hermana Cristina en sus labores, ciega ya por último, en su celda.

A partir de estas entregas, voy a intentar exponer un acontecimiento que fue grandioso en San Fernando, que tuvo gran relevancia en el mundo religioso, cofrade y hasta político. Voy a tratar de la llegada del brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús.

Pero antes de entrar en el tema, hay que saber un poco de la Hermana Teresa, muy poco, un breve resumen, que sea algo ameno, y sobre todo se sepa algo de la biografía de la Santa.

Lo primero es conocer la vida de esta Mujer, que según sucedió en la historia fue elevada a los altares con la denominación de Santa Teresa de Jesús, aunque también se la conoce como Santa Teresa de Ávila, y en alguna determinada época Santa Teresita del Niño Jesús. Pues bien, Teresa, nació en Ávila, en el año de 1515, ya de niña cuando contaba con poca edad, solía jugar con sus amiguitas, a las mojas, ella suponía que era una monja y que estaban en un convento, y así se fue haciendo mayor, que aunque ya no jugaba a ser monja, pero tenía esa idea siempre rondándole en su cabeza. Aunque sus padres lo sabían, pero ella quiso que lo supieran “oficialmente”, para lo cual un día se encaró con su padre y le dijo rotundamente: “Padre mío, yo quiero ser monja” . El padre se negó en redondo, y siempre que la niña se lo decía, el padre se lo negaba, hasta que cumplió 18 años.

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