La guerra de los cines

san fernando | cultura

Dicen los viejos que en esta ciudad hubo una guerra (de cine)

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Crónica social del cine en San Fernando

Antonio Atienza …..  23/05/2016 19:36

Podía haber terminado donde no terminó, pero no lo hizo. Pudo no haberlo contado, pero lo contó. No era nada que no se supiera porque siempre fue del dominio público, pero no se conocían los detalles. Todos.

De hecho, los conocen los que estuvieron en la conferencia de Rafael Garófano Sánchez con el título Crónica social del cine en San Fernando que tuvo lugar en el Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León dentro del programa de actos organizados por la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes por el 250 anivesario del nacimiento de la Villa, del primer ayuntamiento de La Isla.

Y los van a conocer ustedes ahora, antes de que Garófano los publique, si los publica en un libro. Pero resumiendo y tomando prestado el primer verso de la canción de la Transición, Libertad sin ira, dicen que en esta ciudad hubo una guerra. De cine.

No lo contó. Lo leyó para que no se escapara nada porque es “una novela policiaca, un guión cinematográfico que todos ustedes han vivido pero que no conocen”.

Se refería Garófano a que los presentes habían vivido la competencia entre los exhibidores de La Isla, Curro, Paquiqui, Zambrano… Que si se abre un cine, que si se cierra… “pero no tenéis la cadenita que yo os voy a enseñar”.

Esa cadenita era, obviamente, el relato propio de un doctor en Historia. O sea, los hechos contrastados y puestos sobre la mesa sobre la competencia, cuáles movimientos hicieron unos y otros competidores, en qué momentos, con qué resultados.

Y esa cadenita es “importantísima aunque parezca que es un tema comercial” porque se trataba de competencia y todo el mundo sabe que quien mejor librado sale de la competencia es el eepectador en este caso, o al menos el mejor librado sin arriesgar ni una sola peseta (entonces se paga en pesetas e incluso a media peseta la entrada).

“De esta guerra de exhibidores dependió el precio de las localidades, la calidad de las salas y el nivel de las películas. Todo el cine que vimos estaba sustentado sobre una competencia tremenda, de película”, dijo Garófano.

Con la llegada del cine sonoro llegó también hacia los años 30 la necesidad de buscar locales cerrados en los que preservar el sonido de los ruidos de la calle y en San Fernando hubo varios.

Los primeros
En la plaza de toros se montó uno que tuvo diversos nombres y arrendatarios. Hubo otro en el castillo de San Romualdo y así fueron pasando los años hasta llegar al episodio que nos ocupa, ya con la mayoría de los cines en poder de la familia Ballester y el siglo recorriendo ya su segunda mitad.

A finales de la década de los 50, a los Ballester les salió un competidor, Francisco Rodríguez Aguirre, conocido como Curro, que había hecho fortuna con la exportación de gallos de pelea a América y que “tuvo el atrevimiento de meterse a exhibidor cinematográfico, desenterrando un hacha de guerra contra la familia Ballester que terminó siendo durante muchos años una suerte para los espectadores de San Fernando”.

El Cine Marqués de Varela, conocido como el “cine de Curro”, fue el primero construido expresamente como cine en San Fernando, con una superficie de más de 1.500 metros cuadrados y con una capacidad autorizada de 1.600 espectadores”.

Con anterioridad se procuraba buscar un local y adaptarlo a las exhibiciones para contener el gasto, tanto en los de verano como en los invierno.

El estreno del cine Marqués de Varela tuvo lugar el 10 de mayo de 1958 proyectándose la película Veinte mil leguas de viaje submarino. Aún considerándose ya como el mejor cine, su escenario le permitió acoger en la Velada de aquel año las actuaciones de Manolo Caracol y Joselito. Y eso fue el broche de oro.

En el verano de 1960, Curro abrió el Cine Florida, posiblemente para abarcar otras zonas de la ciudad con un cine más pequeño y resistir la competencia de los Ballester. Estaba ubicado cerca del Cine San Carlos, propiedad de Francisco Ollero.

Los Ballester no estaban dispuestos a consentir esa expansión y ese mismo año llegaron a un acuerdo con Ollero y Ballester asumió la gestión del Cine San Carlos, “intentando por todos los medios, precios, calidad de película y guerra sucia de vecinos -decían que se proyectaban focos sobre la pantalla del contrario para dificultar la proyección- que el Cine Florida no fraguase comercialmente”.

Cuatro años más tarde, Ballester consiguió el objetivo y Curro cerró el Cine Florida en 1964, el mismo año que Ballester, ya sin competencia, cerró el Cine San Carlos.

Pero independientemente de esa derrota de Curro, el mejor cine de verano seguía siendo el Marqués de Varela “y para superar esa situación, tanto en imagen como en prestigio, la empresa Ballester comenzó la construcción, no ya del mejor cine de verano de San Fernando, sino de Andalucía y posiblemente, en su género, de España”, dijo Garófano.

Descomunal
Con la construcción del Gran Cine Madariaga “se pasó dos pueblos. Para machacar, para triunfar absolutamente, para anonadar al contrincante”.

Estaba en los terrenos de Madariaga, frente al campo de fútbol, el 15 de junio de 1961 se inauguró el Gran Cine Madariaga, con capacidad para 5.500 espectadores distribuidos en butacas, sillas y asientos de piedra artificial. Seis cuartos de aseos con agua asegurada con depósitos.

La distancia de la cabina a la pantalla era de 96 metros y la pantalla tenía 15 metros de alto por 35 de ancho, con una superficie de proyección de 15×23 metros. Se situaba en el paredón trasero de un edificio de cuatro plantas construido al efecto y el día del estreno, con la película Sube y baja, protagonizada por Cantinflas, se llenó totalmente.

Ante este gigante, Francisco Rodríguez, Curro, desplazó la guerra hacia los cines de invierno proyectando una construcción que superara al Teatro de las Cortes y el Cine Almirante. Aunque este último ya llevaba 18 años funcionando, en 1956 había renovado su proyector y su pantalla para poder proyectar películas en cinemascope.
El Cine Alameda
Curro adquirió dos fincas en la Alameda Moreno de Guerra y construyó el Cine Alameda, con la particularidad de que podía hacer las veces de cine y de teatro.

Curro, de nuevo, contaba con el cine más moderno y mejor equipado de la ciudad hasta el punto de que contaba con aire acondicionado. Fue estrenado el 12 de octubre de 1962 con la película Espartaco. Que a Curro le gustaba Kirk Douglas, vaya.

“A la empresa Ballester le tocaba mover ficha y lo hizo con fuerza. En 1965 realizó importantes obras de mejora en el Cine Almirante y en 1969 realizó una maniobra de cerco de la que era muy difícil que Curro saliera indemne”.

Compró -sigue diciendo Garófano- el Cine San Fernando, conocido como Cine Caballa, con una superficie de 6.250 espectadores y que era explotado por Manuel Serrano Paquiqui había construido y explotaba desde 1962.

“Como la competencia en ese momento era el Cine Alameda, que era de invierno, Ballester construyó un cine de invierno con el equipamiento técnico más moderno de la provincia, con pantalla curva y gigante y una máquina con la que proyectar películas de 70 milímetros”.

Fue inaugurado el 13 de octubre de 1969 y se llenaron las 1.800 localidades para ver la película Las sandalias del pescador. “No crean ustedes que esto terminó. Estaban enfrentados frente a frente con las pistolas en las cartucheras, observándose meticulosamente y aquello continuaba. En beneficio de los espectadores”, decía Garófano.

Cambio de escenario
Así siguieron los dos exhibidores hasta que a mediados de los años 70, Francisco Rodríguez realizó “una acción temeraria, construir en Sánlucar, ciudadela cinematográfica de la empresa Ballester”.

Allí construyó el cine Apolo, “una operación llamada al fracaso porque la televisión ya estaba socavando el número de espectadores, lo que provocó que tres o cuatro años después, Curro claudicase entregando el cine Apolo en arriendo a Ballester”.

La competencia comercial entre los dos exhibidores “no sólo amainó, sino que Ballester empezó a ver el peligro que supondría no tener a un contrincante pequeño y a un empresario local”. Lo que se temía era que una gran empresa de ámbito nacional le boicotease la contratación de las películas.

“La relación entre los dos empresarios pasó al entendimiento, a la colaboración y a la amistad, hasta que a mediados de los años 70 la empresa Ballester terminó asumiendo la gestión de los cines de Francisco Rodríguez haciéndose con el monopolio de la exhibición cinematográfica en San Fernando”.

En aquel momento la cartelera la componían el Cine Almirante, el Teatro de las Cortes, Cine San Fernando, Cine Alameda, Cine Madariaga y Cine Carraca. “Todo en manos de Ballester, situación que facilitó la posterior reconversión de algunas salas y su cierre. Pero igual que el gran público era historia, también comenzaba a serlo la de los pequeños empresarios locales y los cines de la empresa Ballester en San Fernando”.

De la imagen al género
Ni que decir tiene que Rafael Garófano habló de más cosas en su conferencia que comenzó con el protocolo de rigor en la Academia. Diego Moreno García, historiador y técnico de Museo  fue el encargado de presentar al conferenciante reconociendo que es uno de los historiadores a los que más lee.

Y Garófano habló de cómo el cine llegó a San Fernando en 1899, allá por los primeros días de abril, proyectándose películas que apenas duraban un par de minutos pero que eran capaces de conmover a toda una sociedad.

Habló de cómo al principio lo importante era el proyector, no la película, porque no existía el lenguaje cinematográfico y cómo la gente se emocionaba viendo el entierro del presidente de la República Francesa.

“Se emocionaban con el entierro del presidente de Francia o de cualquier otro porque lo importante es que estaban viendo las calles de París” con absoluto realismo.

Proyectó varias películas de pequeño metraje que ya dieron lugar a que en la conferencia comenzara a hablarse del inicio de diferentes géneros cinematográficos, como el de humor o el erótico y de qué manera se dividían los gustos en la población, en función de su los espectadores eran de la burguesía o del pueblo llano.

La burguesía consideraba buen cine el documental y calificaba de “mamarracho” el cine de ficción, cuando es precisamente el “mamarracho” el que da lugar al cine, la ficción, la cualidad de contar cualquier historia.

Y el paso de las proyecciones en las plazas a los lugares cerrados, y oscuros, dio que pensar a los guardianes de la moral porque era una obviedad que la oscuridad es pecaminosa por definición. En las salas de cine, claro.

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Entrevista, ‘300 pavos’.

san fernando | entrevista

‘300 pavos’, algo más que aprender sin dejar de tener los pies en la tierra

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Antonio Atienza ….. 01/11/2013 21:55

Diego Villalba, director, guionista, actor… de todo.
-Lo que haga falta.

-Es el alma mater de la serie ‘300 pavos’ que está teniendo un gran éxito en las redes sociales porque además ha sido hecha para las redes sociales. ¿Cuándo empezasteis con esa aventura?

-Empezamos a mediados de 2012 cuando me encontré sin trabajo y me dije que tenía que hacer algo, que no me podía aburrir en mi casa, que iba a buscar algo que me gustara, que me pudiera recompensar de alguna manera y decidí hacer una web serie.

-Me supongo que venías ya de ese mundo, que sabías lo que era la fotografía. Tenías un aprendizaje previo.
-Yo llevaba seis o siete añitos con la fotografía, haciendo videos para Internet, para You Tube,  tenía unos cuantos seguidores… Pero no era lo mismo, tenía ganas de hacer un poco más. La gente se ríe pero se queda ahí. Quería hacer algo que la gente siguiera, una serie.

-Y salió el primer capítulo de ‘300 pavos’.
-Salió y tuvo mucha repercusión en Internet. No nos lo esperábamos.

-Y tanto que tuvo repercusión. Ahora mismo va por las ochenta y tantas mil reproducciones.
-Por ahí va el primer capítulo.

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-¿Cuál es la dificultad principal para llevar a cabo un proyecto de este tipo? Por que al principio es a ver lo que sale, con poca responsabilidad, ¿pero cómo comenzáis a pensar en algo más serio que en cinco o seis videos en You Tube?
-Al ver que la gente estaba respondiendo bien, que había muchas visitas, muchos comentarios, a la gente le gusta… Entonces te das cuenta de que no sólo lo están viendo los cuatro subscriptores que yo tengo en You Tube, que lo está viendo más gente, que lo están esperando. Y entonces tienes que tener más cuidado, trabajarlo un poco más.

¿Y la gente que trabaja contigo se va comprometiendo? A mí los directores de teatro aficionado siempre me dicen que lo que cuesta trabajo no es montar una obra, sino que los actores se comprometan, que vayan a todos los ensayos.

-Yo he tenido la suerte de que desde el principio he contado con gente que son amigos míos, tengan formación o no tengan y han estado igual de ilusionados que yo con el proyecto y van a seguir conmigo.

-¿Cuántas personas trabajan en cada uno de los capítulos?
-El equipo técnicos somos unos cinco o seis, no somos más. Y actores, ya en este último capítulo han sido por lo menos veinticinco.

-En el primero erais solo cuatro o cinco.
-Los que éramos, no había más. Buscamos un par de personitas de San Fernando que quisieran colaborar sin saber a lo que iban y tuvimos la suerte de que dijeron que sí.

El segundo costó menos trabajo. Encontrar a la gente.
-Totalmente. Ya tenías algo que presentarles. Al principio iba a los sitios, les decía que quería hacer una web serie y la gente no sabía lo que era una web serie ni se esperaba que lo hiciéramos con cámaras más profesionales. Era más difícil. Luego le decíamos lo que habíamos hecho, que íbamos a seguir, que íbamos a mejorarlo…

Que una imagen vale más que mil palabras por mucho que expliques el proyecto. Cuando se tiene ese capítulo piloto es como el piso piloto, ya sólo hay que vender el resto de la promoción. Y en el tercer capítulo habrás tenido problemas para encajar a tanta gente que quería participar…
-Me ha pasado. Al final tienes que decirle a gente que no y que se espere al siguiente capítulo porque no hay sitio. En el tercer capítulo hemos metido a veinticinco personas en media hora. Yo creo que está bastante bien.

-Y ya ha llegado gente con formación teatral, aunque algunos de vosotros sí la tienen.
-Sí. Álvaro Pérez que es uno de los protagonistas tiene hecho Arte Dramático, está haciendo varias películas y participa en otras series. Los demás no tenemos formación. Antonio Morenilla se dedica a la cinematografía de bodas, tiene mucha experiencia en cosas técnicas, con las cámaras, pero poco más.

-Pero ya hay actores con un cierto currículo.
-No sustituimos a nadie pero sí vamos añadiendo a gente. Ahora tenemos a un par de actores que tienen más experiencia, son de San Fernando y vamos a contar con ellos porque ellos quieren participar con nosotros.

-La primera vez que yo vi un capítulo lo primero que hice fue compararla con las series de televisión actuales, y no salió malparada porque hay de todo por ahí. Pero creo que lo primero que habría que explicarle a la gente es que una web serie no es una serie al uso, sino como el teatro alternativo, se sale del circuito profesional y comercial y los autores experimentan hasta dónde son capaces de llegar.

-Claro. Y además está muy bien porque no tienes ningún tipo de presión. Es una idea tuya, personal, no hay nadie apostando por ti… Trabajas muy tranquilo y gracias a eso salen cosas bastante puras, que las llamo yo, bastante buenas.

-Y es un desafío personal porque supongo –y lo digo por experiencia- que vas aprendiendo en cada capítulo, tanto en la parte técnica como en la dirección de actores, vivencias que luego se van trasladando al siguiente capítulo.
-Totalmente. Yo con cada capítulo aprendo tanto técnicamente como actuando… Es más, yo creo que 300 pavos es eso, más que nada un aprendizaje para mí, para poder llegar a otro tipo de cosas.

¿Cómo te sentó eso de organizar una presentación con el tercer capítulo, que os dieran la sala más grande cuando seguro que pensabas que con una sala pequeñita sería suficiente y al final se llena?
-Yo vi a un par de ellos sentados en las escaleras porque no había más sitio. Fue increíble porque no me lo esperaba. A mí me preguntaron que qué sala queríamos, la chica, la grande… Y yo diciéndoles que se esperaran a ver cómo iba la venta de entradas, si la gente compraba o no… Luego vi que me las quitaban de las manos y fue increíble ver a tanta gente de San Fernando apoyándonos, que les gustaba la serie, había gente que iba sin haber visto el primero y segundo capítulo… Y se llenó.

-Y se hubiera hecho una segunda función, también.
-Yo creo que sí porque cuando quedaba media hora para empezar la proyección empezó la gente a llamarme y fue cuando la gente se enteró verdaderamente de que se estaban vendiendo las entradas. Por lo visto no hubo la suficiente promoción para llegar a todo el mundo pero media hora antes me pedían cuatro, cinco… Y yo diciendo que no tenía entradas. Si lo llego a saber hago otra proyección.

¿Cuándo os dais cuenta de que estáis haciendo algo más grande que un simple divertimento o un experimento? Por que tengo entendido que existe un ranking a nivel nacional de las web series –que hay más de lo que parece- y estáis en el séptimo lugar.
-Eso va contando las visitas por cada semana y esta última semana el tercer capítulo se ha puesto el séptimo de entre las doscientas y pico de series que hay registradas en España. Hay una página que se llama Web Series Spain, creo, y ahí es donde viene el ranking. Me avisó un amigo de que estábamos los séptimos… y muy contento.

-¿A cuántos capítulos pensáis llegar? Lo normal en las serie comerciales son trece.
-Yo creo que vamos a hacer siete. El primero y segundo tienen un cuartito de hora cada capítulo pero a partir del tercero van a ser de media hora y el séptimo quiero que sea de una hora.

¿Seguro que van a ser siete? Por que me supongo que cuando comenzaste el primero dirías que con tres o cuatro tenías bastante.
-Ya va a ser siete, seguro. Que hagamos una segunda temporada puede ser, depende de la gente si se ha hartado o no de nosotros.

El hecho de que no tenga más pretensiones que las de aprender, de que la gente lo pase bien, os permite mantener el lenguaje, la forma de ser de la gente de La Isla, la localizáis mucho, que comercialmente no es bueno pero sí es bueno para la gente de aquí que se ve reflejada en ella.
-Yo más que para España lo estoy haciendo para la gente de San Fernando y si le gusta a la gente de por ahí… Pero no voy a dejar de hablar como se habla aquí en una web serie que es mi web serie, es de aquí de San Fernando, hecha con gente de San Fernando y para la gente de aquí.

-La ventaja es que no tienes ni que actuar.
-Es más, a Cuquito, por ejemplo, lo conozco desde hace tiempo, canto con él en Navidad, y estaba buscando un personaje con unas características muy parecidas a las de él. Y no tenía que buscar a un actor, sino a una persona que fuera ese personaje. Lo llamé y lo hizo genial.

-Independientemente de todo, lo que estáis haciendo y que ya lo están viendo en toda España es una especie de tarjeta de visita, de currículo para que pueda salir un proyecto ya más profesional.
-Ya que estamos aprovechamos. Yo lo he hablado muchas veces con Antonio Morenilla, que es quien graba conmigo y siempre hemos dicho lo mismo, vamos a ir aprendiendo y a donde lleguemos, llegamos. Está claro que vamos a intentar por todos los medios colarnos a hacer una película si hace falta, porque es lo que nos gusta.

-O sea, que no se trata de hacer un tipo de producto alejado de los mercados, de lo comercial, sino que estáis abierto a todo lo que llegue.
-Por supuesto. De hecho, la primera idea fue la de hacer un largometraje, pero sinceramente, no nos vimos preparados, no teníamos experiencia y hay que tener los pies en la tierra. En principio vamos a intentar aprender e ir avanzando poco a poco, que si no la caída es muy grande.

-¿Estáis teniendo apoyo de las administraciones?
-Cuando sacamos el primer capítulo, Ángel Martínez, del Ayuntamiento, nos ofreció ayuda y nos ayudaron bastante para el segundo capítulo. Nos consiguió el coche de la Policía, una joyería que no era joyería sino una floristería pero Ángel Martínez apareció con carteles para transformarla… Se portó bastante bien con nosotros.

-Hay sintonía con el Ayuntamiento, o al menos con algunos concejales.
-Sí, sí.. Y con Fran (Romero) también.

-No han llegado después cuando ya habéis comenzado a tener éxito.

-No. Desde el principio. Yo para el primer capítulo no pedí ayuda de nada ni el Ayuntamiento estaba enterado de lo que íbamos a hacer. Lo hice y a los tres días de haber sacado el primer capítulo me llamaron ofreciéndome lo que necesitara, que era mucho lo que estábamos haciendo y que era promoción de la ciudad.

-¿Cómo veis el panorama a la hora de dar el salto a un proyecto más importante? ¿Hay gente que se arriesgue por vosotros?
-Ahora las cosas están muy difíciles. Existen los crowdfunding que son proyectos de los que subes la idea a Internet, nosotros la subiríamos apoyada ya con la web serie y la gente puede apostar por ti. La idea es mostrar algo que llame la atención y por muy mal que esté la cosa, si tienes algo que pinte bastante bien, la poquita gente que pueda aportar algo lo va a aportar.

-Para que lo entendemos todos, es un sistema en el que se presenta un proyecto y la gente de convierte en productor aportando cada uno el dinero que tenga.
-En el crowdfunding puede apostar cualquiera por ti, ya sea una serie, un disco o cualquier cosa. La gente puede dar desde un euro hasta 500 euros pero el que presenta el proyecto tiene que ofrecer algo. Los que colaboran se llaman mecenas y se les ofrece algo, una camiseta si aportan 20 euros… Pero tienen que recibir un beneficio. La gente que está intentando hacer algo ahora está tirando mucho de eso, del crowdfunding.

De gente sin dinero. ¡Cómo han cambiado los tiempos cuando los mecenas lo ponían todo! Pero ya hay ofrecimientos de publicidad por parte de algunas casas.
-Para la web serie nos han ofrecido una ayudita, un growshop de Villamartín y le hemos dicho que sí.

-Y ya desde aquí podéis decir que estáis abiertos a negociar.
-Claro, totalmente.

-Con la cantidad de publicidad subliminal que aparece en las series… Cabe de todo.
-De todo, pero hay que tener un control, pero estamos dispuestos. No hay problema porque ayuden. Al revés.

-¿Cuánto se tarda en grabar un capítulo?
-Yo creo que se tardan dos semanitas para grabarlo tranquilo pero nosotros los grabamos en unos cuatro días porque Álvaro Pérez que es uno de los actores principales se tenía que ir y no volvía en dos meses. Así que en cuatro días nos hemos despachado el capítulo tres.

O sea, que aquí también es verdad lo que dicen los directores de teatro, que el problema es reunirlos a todos.
-Sí.

-Luego viene el montaje, pero eso es más pausado.
-Se hace más tranquilo, sin ninguna presión ni bulla porque se vaya la luz… Eso en una semana o semana y media está todo terminado si no hay que meter algún efecto de tapar algo, alguna persona que haya por la calle mirando, que lo suelo hacer yo digitalmente. Y en eso se tarda un poquito más.

-¿Se forma bulla en los rodajes?
-Cada vez más. Muchas veces estamos grabando y va uno con la bicicleta y dice “ole, 300 pavos…” y hay que cortar.

-Con to sus mulas…
-Ya nos ha pasado varias veces, pero es una alegría tener que parar por eso, porque la gente te conoce y te grita ole.

-¿Te imaginas haciendo una serie diaria? Tiene que ser agobiante.
-Espérate. Vamos a seguir con 300 pavos que es cada tres meses un capítulo y ya veremos. Pero vamos, lo que venga vino y bueno será.

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

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“300 pavos”, 3er capítulo

SAN FERNANDO

El equipo de “300 pavos” tras la presentación de su 3er capítulo

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elcastillodesanfernando……Publicado el: Lun, 14 oct, 2013

Éste viernes 11 a las 20,15  en el Palacio de Congresos, el equipo de ”300 pavos” presentó  su tercer capítulo.

El precio de la entrada fue de 1€, recogiendo en taquilla un total de 265 €. Dicha cantidad  se entregó al comedor “Pan Nuestro”, junto con aportaciones que de forma espontánea entregaron muchos de los asistentes.

Éste medio siempre se hace eco de los rodajes de  ”300 pavos” y de sus capítulos tal y como puede verse en nuestra web en la portada, estando disponibles los tres capítulos en el canal de youtbe que posee el periódico digital.

Después de la magnífica acogida que tuvo el capítulo, el equipo de “300 pavos” fue a festejarlo y se reunieron en el bar “Metro” coincidiendo con su inauguración.

De izquierda a derecha: Pastora (asistente); Lamine Thior (Piti); Laura Bernal (Chica misteriosa); Raquel Carrillo (Script); Dani Ruiz – Música; Santiago Belizón – Cámara; Álvaro Pérez (Migue); Antonio Morenilla – Cámara  y Diego Villalba – Director y Actor (Rodri).

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Según su director, éste capítulo simboliza un antes y después para “300 pavos”, pudiéndose observar mejoras tanto en calidad de imagen como en sonido. Amenazan con un cuarto en poco tiempo. Disfrútenlos.

Foto tomada con Tato dueño del “Metro” con algunos de los componentes de “300 pavos”

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Tercer capítulo de 300 pavos, la webserie dirigida por Diego villalba y rodada con la colaboración de Antonio F. Morenilla en San Fernando (Cádiz)

Protagonistas:
Diego Villalba: Rodri
Alvaro Pérez: Migue
Lamine Thior: Pity

Equipo técnico: Diego Villalba, Antonio Morenilla, Santiago Belizón, Alex Oneto, Raquel Carrillo, Daniel Ruiz.

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